Después de toda una vida en la mar, uno piensa que se ha ganado el derecho a disfrutarla sin que nadie le dé la brasa. He trabajado en barcos de arrastre y de cerco. He madrugado, he trasnochado, he pasado frío, me he comido temporales de los que no se olvidan y he vuelto a casa con olor a salitre y los brazos rotos de tanto recoger. Y ahora, que solo salgo con la caña a ver si pica algo, me entero de que voy a tener que declarar mis capturas todos los meses. ¿Perdón?
Pues sí. A partir del 10 de enero de 2026, todos los pescadores recreativos —seamos jubilados, novatos o domingueros con barquita— estaremos obligados a notificar electrónicamente las capturas que hagamos. Y no vale con un “he sacado dos lubinas y un sargo”. Hay que usar una aplicación, rellenar los datos, indicar el código FAO de la especie (ese que parece inventado por un contable con insomnio), señalar la zona geográfica, el tipo de arte que has usado, la modalidad de pesca y hasta la eslora del barco si se tercia.
Esto no es ninguna broma. Es el nuevo Reglamento de Ejecución (UE) 2025/274, aprobado por la Comisión Europea, que quiere controlar con lupa todo lo que sacamos del mar los aficionados a la pesca recreativa.
Pesca recreativa bajo control: así será el nuevo sistema de notificación
A partir de 2026, no podrás pescar en paz sin pasar por el filtro burocrático. El Gobierno central tendrá que recopilar toda la información y enviarla cada mes a Bruselas. Para eso, las comunidades autónomas tendrán que poner en marcha un sistema digital. ¿El resultado? Una aplicación obligatoria para todos los pescadores recreativos que quieran seguir saliendo al mar sin problemas.
Algunas regiones, como Baleares, van por delante. Allí, en las reservas marinas, ya se utiliza una app para registrar las capturas. Según dicen, funciona bien. Pero otras comunidades están en pañales. Y los plazos no perdonan: el 15 de marzo de 2026 los datos deben empezar a enviarse a la Comisión Europea. Y antes del 31 de mayo de 2027, toca presentar el resumen del año completo.
¿Crees que van a llegar a tiempo? Yo, con la experiencia que tengo, ya te digo que esto va a ser un despropósito si no se organizan rápido. Pero claro, como siempre, la presión va para abajo. Nosotros, los pescadores recreativos, somos los primeros que vamos a tener que tragarnos el marrón.
¿Y si no declaras tus capturas?
De momento no han detallado las sanciones, pero todos sabemos cómo funciona esto. Cuando algo se convierte en obligatorio a nivel europeo, la sanción acaba cayendo tarde o temprano. Así que ya puedes olvidarte de aquello de “yo no pesco mucho, esto es para casa”. Porque si no declaras, te la estás jugando.
Además, no vale solo para quien pesque en zonas protegidas. Esto se va a aplicar también fuera de reservas marinas, al menos para ciertas especies que decidirán entre Madrid y cada comunidad autónoma. Ya puedes dar por hecho que incluirán las más comunes: doradas, lubinas, sargos, dentones…
Una medida absurda que no resuelve el problema real
Lo que me cuesta entender es por qué el foco está tan centrado en los que pescamos por gusto. Salimos con la caña, con ilusión, y nos llevamos nuestra pesca a casa. Y ahora, además de preocuparte por la talla y la veda, también tienes que estar pendiente de declarar todo, como si esto fuera una operación comercial. No digo que no haya que gestionar bien el recurso, faltaría más. Pero parece que a veces se nos trata como si fuéramos parte del problema, cuando muchos salimos precisamente porque amamos el mar y lo respetamos como nadie.
Y eso que cuando se empezaron a recopilar datos en Baleares, muchos se quedaron con cara de tontos. Porque durante años se decía que los recreativos pescaban más que los profesionales. Que éramos nosotros los que vaciábamos el mar. Pero los números dijeron otra cosa: los profesionales sacan más de 3.500 toneladas al año. Los recreativos, entre 500 y 600 toneladas entre todos. ¿Dónde está entonces el daño?
Además, la pesca recreativa mueve mucho dinero. Pero mucho. Mantenimiento de embarcaciones, amarres, seguros, gasolina, cebo, aparejos, equipos, licencias… Un motor económico silencioso del que nadie hablaba. Ahora, con datos reales, a lo mejor se empieza a valorar lo que representa este sector. No solo como ocio, sino como una actividad que da vida a muchas zonas costeras.
Una app para pescar: el nuevo pan nuestro de cada día
Según dicen, la idea es que cada uno declare sus capturas desde el móvil, a través de una aplicación oficial. Lo pintan como algo fácil. Y puede que lo sea. A mí no me asusta. He trabajado con cartas náuticas de papel y luego pasé a plotters y GPS sin drama. Pero es que esto no va de que sea fácil o difícil. Va de que nos están metiendo en un sistema que no tiene sentido para lo que hacemos.
¿Que quieren datos? Pues muy bien. Pero que empiecen por controlar lo que de verdad hace daño. Que miren las redes ilegales, las ventas sin declarar, las trampas de siempre. Nosotros, los que pescamos con caña, estamos en el mar, no lo explotamos. Lo cuidamos porque lo respetamos. Porque lo conocemos mejor que muchos que firman reglamentos desde un despacho de Bruselas.
Conclusión: pesca recreativa sí, pero con justificante
Yo pensaba que, tras tantos años faenando, me tocaba una jubilación tranquila, saliendo al mar con la caña, sin presiones. Pero parece que no. Parece que pescar por gusto también tiene su burocracia. A partir de 2026, la pesca recreativa vendrá con su formulario mensual, su app obligatoria y sus códigos de especie.
Así que ya sabes: si quieres seguir pescando, ve aprendiendo a usar el móvil como si fuera una caña más. Porque Europa quiere datos. Y tú, quieras o no, vas a tener que dárselos. Aunque solo vayas a por dos sargos para la cena.
¿Te interesa? Mira esto:
El espejismo del atún rojo: cuatro días de permiso y un año de silencio
Si estás dentro de la ley no te ocurrirá nada ,pero siempre habrá los que se quejen ,porque la infrigen