El atún rojo, una especie cotizada bajo estricta vigilancia
La pesca del atún rojo está regulada por la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico), que asigna cuotas a los países miembros. Luego, cada país decide cómo reparte su parte. Aquí es donde empieza la diferencia entre dos modelos: el de Estados Unidos y el de España.
Reparto de cuota en Estados Unidos: más inclusivo y sostenible
EE.UU. cuenta con una cuota total de aproximadamente 1.341 toneladas para 2025. Lo interesante no es la cantidad, sino cómo se distribuye:
47,1% para pesca comercial con caña y carrete.
19,7% para pesca recreativa (Angling).
18,6% para cerco industrial.
El resto se reparte entre palangre, arpón, trampa y reserva.
Este reparto está pensado para equilibrar sostenibilidad, impacto económico y acceso justo a los recursos. El sistema valora la pesca selectiva (caña), reconoce el papel económico del sector recreativo y no concentra el poder en pocas manos.
1. Modelo de pesca más descentralizado y participativo
En EE.UU., NOAA (la agencia que gestiona la pesca) promueve un sistema donde la sostenibilidad y el reparto equitativo entre flotas es clave. Esto incluye:
Incentivar métodos de pesca más selectivos, como la caña y carrete.
Incluir al sector recreativo como parte activa del sistema, no como un “estorbo”.
Consultas públicas donde participan asociaciones de recreativos, charters y cañeros.
2. Importancia económica del sector recreativo y charter
En Estados Unidos:
La pesca recreativa genera miles de millones de dólares al año (turismo, equipos, licencias, guías, etc.).
El sector charter (embarcaciones con clientes) es muy potente y está organizado.
Todo esto se tiene en cuenta como “industria pesquera” no extractiva.
Por eso, se le asigna una parte importante de la cuota de atún rojo para que siga generando valor económico sin agotar el recurso.
3. La pesca con caña es más sostenible
La pesca con caña y carrete es:
Más selectiva (capturas una a una).
Tiene menos descartes.
Y si hay captura accidental, el pez se puede liberar más fácilmente.
Por eso, el sistema americano prioriza este tipo de pesca frente al cerco o el palangre, dándoles una cuota significativa.
Reparto de cuota en España: concentrado y poco equitativo
Y ahora vamos con lo nuestro. España tiene una cuota mucho mayor: aproximadamente 6.800 toneladas. Podría ser una oportunidad de oro para repartir juego, para dar cabida a la pesca artesanal, al recreativo bien gestionado, a las zonas costeras que viven de esto. Pero no. ¿Qué hacemos? Se reparte como siempre:
La mayor parte va a flotas de cerco y almadrabas, con derechos históricos blindados.
El palangre también se lleva un buen bocado.
La pesca artesanal con caña, que podría ser un modelo sostenible y con futuro, se queda fuera del pastel.
Y la pesca recreativa... bueno, esa ni pincha ni corta. Solo puede practicar captura y suelta, con una cuota simbólica y un papeleo que parece hecho a propósito para que nadie lo intente.
Vamos a ver: ¿cómo puede ser que una actividad como la pesca recreativa, que mueve millones de euros al año en turismo, náutica, equipamiento, guías, alojamientos, restaurantes y más, tenga una cuota ridícula y un trato casi de delincuente? ¿Cómo es posible que no se vea como una oportunidad económica real para las zonas costeras, como sí hace EE.UU.?
El modelo español es un modelo hecho a medida para mantener el status quo, para que todo siga girando en torno a unas pocas grandes flotas que ya estaban ahí desde hace décadas. No se premia al que pesca mejor, ni al que cuida el recurso, ni al que genera empleo nuevo. Se premia al que siempre ha estado.
¿Y cuánto dinero mueve todo esto?
Aquí viene otro dato que hace aún más sangrante la comparación:
En Estados Unidos, la pesca recreativa y artesanal mueve cifras astronómicas. Solo la pesca recreativa genera más de 9.000 millones de dólares al año, según NOAA. Y eso sin contar el valor añadido en forma de turismo, restauración, transporte, venta de equipos, licencias, formación, etc. El modelo funciona porque entienden que el mar no solo produce pescado, también produce economía y empleo.
En cambio, en España, aunque no se ha hecho un estudio tan detallado, basta hacer números aproximados para ver el potencial:
España tiene más de 8.000 km de costa, con gran atractivo turístico.
Hay más de un millón de licencias de pesca recreativa activas en el país.
Si cada pescador recreativo gastara solo 1.000 € al año (una estimación baja incluyendo aparejos, salidas, combustible, licencias, manutención…), estaríamos hablando de más de 1.000 millones de euros directos.
Y si se facilitara la pesca de especies como el atún rojo, ese impacto podría duplicarse o triplicarse, como ya ocurre en países que apuestan por este sector.
Estamos hablando de un motor económico enorme, frenado no por sostenibilidad, sino por un modelo cerrado y anticuado que sigue beneficiando a los mismos de siempre.
Y no solo hablamos de dinero. Si España aplicara un modelo similar al estadounidense, se podrían generar entre 20.000 y 40.000 empleos directos e indirectos vinculados a la pesca recreativa y artesanal. Desde guías de pesca hasta talleres náuticos, alojamientos, charters, mecánicos, restauradores y tiendas especializadas. Todo un ecosistema laboral que ahora mismo está desaprovechado por una normativa que bloquea más de lo que permite.
Evaluación: ¿qué modelo es más justo y eficiente?
Sostenibilidad
EE.UU. prioriza la caña y limita las artes de mayor impacto.
España sigue apoyando sistemas de pesca masiva como el cerco, aunque sean menos selectivos.
Justicia social
En EE.UU., más sectores acceden al recurso: recreativos, pequeños armadores, artesanales.
En España, el acceso está concentrado en grandes flotas con historial.
Eficiencia económica
EE.UU. impulsa el turismo de pesca y el empleo en zonas costeras a través del recreativo.
España desaprovecha el potencial del recreativo y penaliza la diversificación económica.
En conclusión
Mientras en EE.UU. el reparto de cuotas de pesca de atún rojo está diseñado para incluir, diversificar y conservar, en España sigue siendo una herramienta para mantener el privilegio de unos pocos.
Y lo más grave: seguimos dándole la espalda a sectores que podrían generar riqueza real sin arrasar los recursos. Porque no se trata solo de pescar más, sino de repartir mejor. De dejar que otros también respiren.
No es el 0,5% de la cuota sino el 0,005%
Es decir, de un total de 6800Tm para la. Pesca recreativa son 34 miserables toneladas.
Las autoridades no comprenden que la pesca recreativa es todo un sector económico que mueve 4000 millones de € anuales y 120.000 puestos de trabajo, que aporta al producto un valor añadido infinitamente mayor que la pesca industrial y sin recibir ni 1€ en subvenciones. Pero somos insignificantes porque ni hacemos ruido ni tenemos loby’s que los presionen.
Decir que la pesca recreativa recibe el 0,005% de la cuota total lo dice todo: 34 toneladas frente a 6800 Tm es un reparto absolutamente ridículo, casi insultante. Mientras tanto, este sector —que sí genera valor añadido real, sostenible y local— sigue siendo el gran olvidado en la toma de decisiones pesqueras.