Lo que parecía un verano festivalero como cualquier otro en España se ha convertido en un terremoto político y cultural. El Arenal Sound, el FIB, el Viña Rock y otros grandes eventos musicales están siendo cuestionados no por su cartel, ni por problemas logísticos, sino por algo más profundo: su financiación. Y el foco está en un nombre que, hasta hace poco, pasaba desapercibido para la mayoría: KKR.
Este fondo de inversión estadounidense ha saltado al centro del debate público tras revelarse su vinculación con empresas que operan en territorios ocupados de Palestina y, más concretamente, con la promotora Superstruct Entertainment, que organiza más de una decena de festivales en España. La polémica ha estallado, y las consecuencias empiezan a notarse en los escenarios… o en los que deciden no subirse a ellos.
¿Quién es KKR y por qué está en el ojo del huracán?
KKR son las siglas de Kohlberg Kravis Roberts, uno de los fondos de capital riesgo más poderosos del planeta. Fundado en los años 70, gestiona actualmente cerca de 600.000 millones de dólares en activos, y desde hace más de una década ha ido tejiendo su red en España con inversiones que van desde clínicas de fertilidad hasta parques temáticos y empresas de telecomunicaciones.
En 2024, KKR adquirió Superstruct Entertainment, la empresa que gestiona festivales como:
-
Arenal Sound
-
FIB Benicàssim
-
Viña Rock
-
Sónar Barcelona
-
Resurrection Fest
-
Monegros Desert Festival
-
Brunch-In the Park
-
Granada Sound
-
Son do Camiño
-
Morriña Fest
El problema, según denuncian colectivos artísticos y organizaciones pro derechos humanos, es que KKR también tiene intereses económicos en empresas relacionadas con la promoción inmobiliaria en territorios ocupados por Israel, lo que, según las mismas fuentes, lo convierte en “cómplice” del genocidio en Palestina.
Artistas que se bajan del escenario
El primero en alzar la voz fue el grupo valenciano La Fúmiga, que anunció públicamente su retirada del Arenal Sound por razones de coherencia ética. Le siguió La Élite, programada para el FIB Benicàssim, y poco a poco el goteo se convirtió en corriente.
En el Viña Rock, una docena de bandas como Reincidentes, Fermín Muguruza, Sons of Aguirre o El Niño de la Hipoteca hicieron lo mismo: anunciaron que no participarían en ningún evento financiado por empresas que, según ellos, blanquean crímenes de guerra.
El comunicado de Sons of Aguirre fue claro:
“No volveremos a participar en festivales adquiridos por KKR hasta que cambie de manos. Ya es bastante el dinero manchado de sangre que se mueve todos los días en nuestras vidas como para además contribuir a ello con nuestra música.”
Otros grupos como Free City o Kamikazes también se sumaron, con mensajes similares. Y el movimiento no se ha limitado al Viña Rock: en el Sónar de Barcelona, más de 70 artistas y DJs firmaron un manifiesto pidiendo al festival que se distanciara de KKR.
La respuesta institucional no se hace esperar
La polémica no se ha quedado en redes sociales. El grupo parlamentario Sumar ha registrado en el Congreso una batería de preguntas al Gobierno sobre la presencia de KKR en la industria cultural española. Entre otras cosas, preguntan si se van a tomar medidas para impedir que fondos vinculados a crímenes de guerra financien eventos culturales en territorio español.
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, también se pronunció con contundencia: declaró que KKR “no es bienvenida en España” y expresó su apoyo a los artistas que decidieron plantarse. Además, algunos ayuntamientos han empezado a revisar su colaboración con festivales vinculados a Superstruct.
El diputado de IU y líder del PCE, Enrique Santiago, fue más allá y escribió en redes sociales:
“La lista de grupos que se niegan a tocar en el Viña Rock y otros festivales adquiridos por el fondo israelí KKR es interminable. Proponemos que no se autoricen festivales cuyo negocio esté ligado a la limpieza étnica en Palestina.”
¿Se celebrará el Arenal Sound 2025?
A pesar de la controversia, la organización del Arenal Sound no ha cancelado el evento. De hecho, mantiene la venta de entradas y ha reafirmado las fechas: del 30 de julio al 3 de agosto en Burriana (Castellón). El cartel también se mantiene, aunque con cambios por las bajas de algunos artistas.
Algunos nombres confirmados son Bad Gyal, Steve Aoki, Melendi, Afrojack, Chanel o Omar Montes, pero no está claro cuántos más podrían retirarse si la presión social continúa creciendo.
El festival Sónar sí emitió un comunicado —muy medido— donde afirma que “condena todo tipo de violencia y respeta los derechos humanos”, aunque evitó mencionar a KKR explícitamente, lo que generó críticas adicionales.
¿Y el Ayuntamiento de Burriana? Silencio institucional… pero colaboración activa
Mientras el debate sobre la ética en la financiación de festivales crece a nivel estatal, el Ayuntamiento de Burriana —municipio que acoge el Arenal Sound desde sus inicios— ha optado por no pronunciarse oficialmente sobre la polémica que envuelve al festival por su relación con el fondo KKR.
Lejos de distanciarse, el consistorio ha reforzado su colaboración con la organización del evento. De hecho, a finales de mayo, el Ayuntamiento inauguró un nuevo parque infantil en la zona portuaria, financiado íntegramente por la promotora del Arenal Sound, Superstruct Entertainment.
La obra fue presentada como una mejora para los vecinos y visitantes, y una muestra del impacto positivo del festival en la ciudad.
“Estas actuaciones contribuyen a mejorar nuestro litoral y a ofrecer más servicios a quienes nos visitan”, explicó el concejal de Vía Pública, Mario Trullen.
Este gesto evidencia que la relación entre el consistorio y el festival sigue siendo fluida, a pesar de las críticas locales que apuntan a los inconvenientes que el Arenal Sound genera para parte de la población, tanto por el ruido como por la saturación de servicios durante los días del evento.
Aunque algunos sectores reclaman una posición más crítica, especialmente ante el escándalo nacional, el Ayuntamiento parece mantener su apoyo —al menos tácito— a uno de los mayores reclamos turísticos del verano en la provincia de Castellón.
KKR en España: ¿solo festivales?
La presencia de KKR en España va mucho más allá de la música. Algunas de sus inversiones más destacadas son:
-
Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI): 3.500 millones de euros
-
MasOrange (fusión de MásMóvil y Orange): 13,4% de participación
-
Hipoges (gestora inmobiliaria con contratos de la Sareb): adquirida por 30 millones, ahora en venta por más de 100
-
Medac y MasterD: centros de formación profesional
-
Port Aventura: posee el 49,9% desde 2013
-
Clínicas Generalife (fertilidad)
-
Saba Infraestructuras, Telxius, Reintel, y empresas de renovables como X-Elio o Ignis
El fondo no solo invierte en sectores estratégicos; también ha protagonizado salidas accidentadas, como el caso de Dentix, donde se vio obligado a pagar 250 millones de euros a clientes tras la quiebra de la empresa.
¿Y ahora qué?
El debate sobre el papel de los fondos de inversión en la cultura está más vivo que nunca. ¿Es lícito que el entretenimiento esté financiado por capital cuyo origen puede estar ligado a violaciones de derechos humanos? ¿Dónde traza uno la línea entre ética y mercado?
No hay respuestas sencillas. Lo que sí está claro es que muchos artistas y ciudadanos no están dispuestos a mirar hacia otro lado. Lo que empezó como un movimiento de protesta musical podría convertirse en un punto de inflexión sobre cómo —y por quién— se financia la cultura en España.